Un día
después de la tradicional quema del invierno, en que se prende fuego a lo viejo
en la Venecia del norte, recordando las tradiciones paganas del pasado, con
alocadas danzas y ríos de alcohol desfilando entre los mas jóvenes asistentes
al rito, bajo el clima aun frio de la primavera, amanece la ciudad con un
primero de mayo luminoso, cálido, con solo una leve brisa fría como recuerdo
del duro invierno que vistió de blanco por largos meses la hermosa ciudad de
Estocolmo, una ciudad cosmopolita por excelencia, donde en relativa armonía
conviven personajes diversos, de pueblos, tradiciones y religiones antagónicas,
donde se puede encontrar vino chileno, dulces naranjas egipcias, condimentos
árabes o fideos chinos en los mismos establecimientos que venden productos
locales, atendidos por hermosas chicas que parecen sacadas de revistas de moda.
Es que todo brilla en el sol de primavera, mientras en Medborgarplatsen las multicolores
banderas con consignas socialistas y no tanto se agrupan, entre otras que
representan colores de patrias lejanas, sobre las cabezas de los ya miles de
asistentes a la reunión, que conmemora la cruenta masacre obrera de Chicago, en
la que una bomba fue arrojada matando a un policía e hiriendo a otros, solo
para recibir como respuesta el fuego armado, asesinando a mas de cuarenta
obreros, el 4 de mayo de 1886. Como consecuencia de este hecho el estado
resolvió culpar de la masacre a 8 dirigentes obreros, que fueron condenados a
la orca. George Engel, Samuel Fielden, Adolph Fisher, Louis Lingg, Michael Schwab,
Albert Parsons, Oscar Neebey y August Spies, quienes luchaban por el respeto de
los patrones a la jornada laboral de 8 horas.
127 años han pasado desde estos funestos hechos y la gente se reune en Medborgarplatsen,
preparándose para marchar hasta Gamla Stan, la ciudad vieja, donde se reunirán y escucharan o
gritaran consignas acerca de la libertad o repudio contra desconocidos
dictadores que subyugan a lejanos pueblos, lejanos, pero que sin embargo están
cerca, ya que muchos se han refugiado en Suecia para intentar de algún modo
continuar con sus vidas, por eso no es extraño encontrar tanta solidaridad
entre los pueblos que son en realidad el mismo pueblo, ya que a fin de cuentas, un día como hoy recordamos que somos todos ciudadanos del mundo, obreros y que la Tierra es la única madre para todos.
Es importante recalcar que en estas
latitudes la marcha se vive de una forma distinta, recordando tambien que el 14 del mismo mes, hace 82 mayos cinco obreros que realizaban una manifestacion pacifica fueron asesinados por militares en Frånö Folkets Park, Ådalen, por lo que el dolor lleva a marchar muchas veces en silencio, recordando que en estas tierras como en tantos otros lugares los obreros tambien han sido masacrados.
En
latinoamerica en cambio las marchas se acompañan por desordenes y saqueos, por grupos de
encapuchados que empañan el acto, mientras la policía dispara criminalmente
balas de goma o de pintura a las caras de quienes destruyen y quienes no. En oriente medio
las policías actúan de forma aun mas criminal, disparando a quema ropa hasta los
grupos de asistentes, creando viudas y martires de los movimientos sociales que crecen junto con la desigualdad, mientras en Estocolmo la marcha todavia discurre con facilidad entre
las calles, solo se lanzan consignas, solo se disparan gritos y la policía solo
resguarda que el trafico no afecte a los marchantes, mientras el sol tiñe las paredes de los pulcros edificios y las flores del cerezo comienzan a abrirse a la primavera.
Se ha probado en el llamado tercer
mundo que sin desmanes no llegan los medios y sin ellos las pancartas no
aparecerán en los diarios y televisión, hacienda las manifestaciones inútiles,
pero acá un gran sentido republicano se deja ver en todo su esplendor mientras
los comunistas, los inmigrantes, los obreros, anarkistas, grupos de liberación
animal y de apoyo a los indígenas caminan sin estorbarse, solo con aires de solidaridad y participación, para alzar su voz hacia un
sentido humano, luchando por necesidades que el pueblo de Suecia directamente
no comparte, pero si que sufre al saber que lejos de sus fronteras la
desigualdad supera en demasía los limites que la moral y la cordura pueden
aceptar, porque a pesar de tener una economía fuerte, un sistema social
excelente, un acceso a la educación notable o un bellísimo sistema de
transporte las noticias vuelan y la comunión con otros pueblos determina la
capacidad de reacción y de conciencia con lo que pasa donde el mundo aun se
mantiene mas oscuro.
exelente, refleja lo vivido en el día de ayer...
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