viernes, 5 de octubre de 2012

Los caminos de la vida

         Cuando eres joven, mejor dicho niño el camino que se presenta tiene la particularidad de ser relativamente fácil de recorrer, la única responsabilidad generalmente es volver a  casa a tiempo para llenar el buche, ir a la escuela, bañarse con regularidad y hacer las tareas. Luego comenzamos a crecer, a relacionarnos, nos enamoramos y desenamoramos, nos equivocamos y nos volvemos a equivocar.
          Medito hoy, sentado con una taza de te english breackfast, costumbre adquirida por leer 50 shades of Grey, la entretenida historia de E.L. James, medito en lo que se pierde al crecer y aprender a ponerse serio, o en mi caso, relativamente serio.
          No he sido un gran hombre ni mucho menos, tengo veintinueve y pronto cambiaré de folio, pero me he dado cuenta de que también yo he cambiado, ya no preciso las cosas que necesitaba, ya no deseo la gloria, ya no sueño con un ferrari, como a los quince. Ya no quiero una vida alocada, solo quiero vivir mi vida con mis reglas, con la Mimí, contar una historia que la gente recuerde.
    Estos últimos meses  se han abierto de par en par para mi las puertas de un futuro como escritor. Se que no soy realmente bueno, pero mi explosiva imaginación que tantos dolores de cabeza me provoca equilibra un poco las cosas.
   Comenzaré, es decir, he comenzado mi carrera literaria, deseo poder contar una historia, poder decidir como decir las cosas que creo. Mi vida está partida por un hachazo, pero he podido seguir adelante con la pena que me acompañará siempre, el no haber sido un buen padre para mi hijo. No me avergüenza no estar con el, pues nadie comprende los sentimientos que hay en mi corazón y quienes juzgan lo hacen desde el punto de vista de su propia moral.
   Mi vida ha sido extraña. Mi mamá se casó con quien ha sido durante mi vida mi padre, el ha estado siempre acompañándome, a pesar de que a veces se olvide de como dar cariño,  como hacer sentir que está ahí, con su mal humor que he heredado por crianza y no por genes, el me ha entregado tanto,  desde el cuidarme cuando me he enfermado hasta las conversaciones cuando nos hemos tomado unos copetes en la casa. Siempre dispuesto a alegrar con su guitarra, la que toca notablemente bien. El también me heredó el gusto por el buen fútbol, por eso me gusta la U.
   Mi madre es una mujer oculta bajo una mortaja, llena de penas y secretos que se intuyen luego de conocerla, con esa manía de hacer todo por todos y nunca dejar un vaso servido. Increíble sus cuidados cuando eramos chicos con la Carla. Mi hermosa hermana que destaca por su desbordante personalidad.
Esto no es más que una declaración de principios, por eso la escribo.
   He crecido en una burbuja, Horcón fue un reino místico hasta que los hippies comenzaron a envejecer juntos y a conocerse demasiado, a sucumbir al mundo que cambió sin ellos, a criar y velar por sus familias, destruyendo los lazos que los anclaron a la caleta.
   Hoy me acerco a los Parra, porque son parte de  mi historia, como sea esto, de la forma que se dio, con mi Tata que antes de conocerlo se enfrenta contra un terrible cáncer de pulmón, con Lautaro, quien es mi padre biológico, pero nunca me ha preguntado como estoy, aunque no lo juzgo, pues yo con el Matías espero tener redención y creo que no somos tan diferentes. Con los tíos y primos que volaron al exilio y ahí se quedaron cuando volvió la democracia, o lo que se parece a una democracia. Con los demás que en Santiago han debido soportar la dureza de la vida y el desprecio de la parte fraccionada  de la familia que ha quedado más acomodada.
   Natales me abre las puertas ahora para entregar el amor por las letras, esta pasión por relatar una historia, estas ganas de pintar un mundo que habita en la memoria. Espero solo que la puerta quede abierta para los que vengan y se queden en esta patria que es Magallanes, en este reducto de la gente que quiere vivir su vida tranquila y sin la idiotez del progreso compulsivo.
   Esto que escribo no es más que una declaración de principios.
Soy Lautaro Parra Caballero y estoy vivo.

2 comentarios:

  1. Hay que aprovechar todas las oportunidades que se vengan y nunca sentirse mal por no ser entendido o comprendido en su totalidad, cada persona es distinta, algunas mas complejas que otras,y mil puntos de vista desde donde plantear una sola idea; para esto voy a citar a Nietzsche, (si leíste bien, Nietzsche) " Solo podemos comprender un universo conformado por nosotros mismos"
    Te amo

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